La frustración es una reacción emocional negativa que se genera cuando no se puede satisfacer un deseo planteado o conseguir una meta deseada. Al encontrarse en una situación desfavorable una persona se puede sentir impotente, enfadada, enojada o con disforia y puede percibir una sensación de decepción o tener ansiedad.
La frustración puede surgir cuando uno se enfrenta a un obstáculo para conseguir un objetivo, cómo, por ejemplo, aprobar un examen, realizar un proyecto, o también si no se siente suficientemente valorado.
Al no saber de como gestionar la frustración, puede afectar significativamente a nuestro bienestar, sobre todo cuando es una sensación persistente. Esa sensación puede generar tristeza, irritabilidad, ira, desilusión, ansiedad o provocar una disminución en la autoestima.
La generación de pensamientos negativos constante no ayuda a nuestra salud. La conexión entre la mente y el cuerpo es fuerte, por lo tanto, aprender como gestionar la frustración de manera saludable es fundamental para proteger nuestro bienestar.
Cómo identificar la frustración en tus emociones
Se puede tener en cuenta algunos puntos que indican que te sientes frustrado, aunque es una sensación que cada uno puede percibir de manera diferente.
Por ejemplo, puedes tener sentimientos negativos cuando las expectativas no se cumplen según esperado o si no ves avances en una situación o te enfrentas a obstáculos recurrentes o puedes tener la sensación de estar atrapado o estancado en una situación que deseas cambiar.
Todo eso puede llevarte a una sensación de impotencia o falta de control sobre las circunstancias.
Causas comunes que la pueden provocar
Existen diversas causas que nos pueden producir esa sensación de frustración.
Los obstáculos en el camino a la meta pueden ser externos o internos, así las limitaciones económicas son un factor externo y la falta de confianza o miedo es un factor interno.
Causas como la falta de recursos, condiciones desfavorables (lluvia durante el viaje) o situaciones imprevistas, no suelen ser bajo nuestro control, mientras que hay factores que, si dependen de nosotros, cómo no tener las habilidades suficientes para conseguir el objetivo con éxito o tener expectativas poco realistas. Por ejemplo; una mala preparación de un examen.
También podemos frustrarnos cuando nos comparamos constantemente con otras personas. Hay que tener en cuenta que no estamos en una carrera y cada persona tiene su propio camino y tiempos.
La falta de reconocimiento puede ser un factor que aumenta la sensación de frustración y allí es cuando nos desmotivamos.
¿Cómo puede afectar a tu vida diaria?
Sentirse frustrado puede generar sentimientos negativos como la irritabilidad o la tristeza que afectan a nuestro estado de ánimo y bienestar.
Eso influye en las relaciones con otras personas o puede afectar a nuestro desempeño en diferentes áreas de la vida. En el caso que sea recurrente puede erosionar la autoestima y confianza en uno mismo. Si es una frustración constante puede contribuir al desarrollo de ansiedad o depresión.
Por eso tenemos que aprender a enfrentarnos a los desafíos en la vida y a los posibles contratiempos con un actitud resiliente y de manera sano, porque la frustración no nos ayuda mucho para salir del bache y afecta a la capacidad para funcionar en la vida diaria con normalidad y conseguir nuestro pequeños y grandes objetivos.
Es fundamental adoptar una actitud positiva y proactiva frente a la frustración. Debemos aprender a canalizar la frustración de manera saludable.
Consejos para gestionar la frustración
En lugar de centrarnos en lo que no podemos controlar, debemos enfocarnos en lo que sí podemos hacer o aprender. Implica identificar soluciones alternativas, aceptar la situación tal como es y ajustar nuestras expectativas a unas más realistas.
Importante es tomar un descanso para reflexionar sobre los objetivos que tuvisteis. ¿Eran realistas o no? Y ¿Por qué me ha afectado tanto la situación? Así sea más facil en gestionar esa sensación que nos deja sentir tan mal.
La paciencia puede ser clave para manejar la frustración, en conjunto con la constancia. Recordamos que la frustración no es algo permanente, las cosas no siempre suelen ser fáciles y los contratiempos forman parte de la vida.
Hábitos y técnicas para reducir la frustración a largo plazo
Recuerda que cada persona es diferente, por lo que es posible que algunas técnicas para gestionar la frustración funcionen mejor para ti que otras.
- Primero, hay que reconocer la sensación que indica que estás frustrado y aceptar los sentimientos negativos. Observar los pensamientos negativos y autocríticos que pueden alimentar el malestar, es el primer paso para poder gestionarlos de manera saludable.
- En segundo lugar, cuestiona esos pensamientos y reemplázalos por pensamientos realistas y alternativos.
- En lugar de quedarte atrapado en la frustración, intenta distraer la mente. Puedes practicar deportes, caminar o otra actividad que te relaje y te ayude a despejar la mente y liberar el estrés.
- Practicar la respiración profunda puede ser una herramienta efectiva para calmarte y olvidar, durante un tiempo, lo que te ha generado la frustración. O puedes probar diferentes técnicas de relajación como la meditación, mindfulness o el yoga.
- Buscar apoyo de la familia o los amigos, y expresar los sentimientos con claridad puede ayudarte a liberar la frustración, obtener otros consejos y ayudar en aceptar la situación.
Cómo superar la frustración y alcanzar tus metas
La frustración es un sentimiento común que todos experimentamos en algún momento. Sin embargo, podemos adoptar unos hábitos para superar o reducir la frustración.
A menudo, la frustración surge cuando las cosas no suceden tan rápido como queremos. Entonces debemos practicar la paciencia y aceptar que algunas situaciones requieren tiempo para resolver.
Ajusta las expectativas para que sean más realistas, y evita las decepciones innecesarias. Esto puede ayudar a mantener la motivación.
Desarrollar la adaptación y ser una persona resiliente son habilidades que nos ayuden a enfrentar los obstáculos y los cambios inesperados. Esa habilidad de adaptación nos ayuda a lidiar con situaciones imprevistas de manera más efectiva.
La frustración puede aumentar si una persona se encuentra agotada, con estrés o deprimida. Asegúrate de cuidar el bienestar físico y emocional, es decir, duerme lo suficiente, come de manera saludable y dedica tiempo a actividades como ejercicio u otras que te hagan sentir bien.
Cambia la perspectiva de la situación y busca alternativas o soluciones en lugar de quedarte estancado.
Alcanzar metas puede ser emocionante, y no alcanzarlas puede generar mucha frustración con todas las consecuencias. Por eso es importante en establecer metas alcanzables y planificar un camino claro. Cultiva una mentalidad positiva, flexible y mantén una actitud abierta. Casi siempre hay soluciones y alternativas para reconducir una situación.
Y no tengas miedo de buscar apoyo y orientación cuando lo necesites. Puedes hablar con una persona cercana o buscar atención profesional. La terapia cognitiva puede implicar el desarrollo de habilidades de afrontamiento, establecer metas realistas, practicar técnicas para manejar la ansiedad y mantener una actitud positiva y resiliente.
Durante la terapia puedes aprender a reducir el impacto negativo de la frustración en nuestro bienestar, utilizarla como una oportunidad para crecer personalmente y promover una vida más saludable a nivel emocional.
