El concepto de la autoestima se puede definir como el resultado emocional que surge si aceptamos y nos gusta nuestro autoconcepto.
Contrariamente al pensamiento popular, la autoestima no surge de evaluarnos positivamente en cada situación, sino de observarnos con objetividad y sobre todo de estimar y aceptar nuestro autoconcepto.
La autoestima, no es un concepto fijo y estable, se manifiesta de forma cambiante en función de nuestra situación vital y nuestras circunstancias, y se va modificando a lo largo de nuestra vida.
De hecho, hemos comprobado en nuestra consulta, que es el único rasgo que siempre mejora al hacer un tratamiento psicológico.
Es importante tener una imagen personal realista, dado de que la consecución de nuestros objetivos, nuestro bienestar y nuestra satisfacción en la vida, dependen, en gran parte, de que la concepción que tenemos de nosotros mismos coincida con lo que somos capaces de hacer y conseguir. Esta coherencia permitirá que consigamos nuestros objetivos fácilmente y facilitará que nos sintamos bien con nosotros mismos.