La noradrenalina, también conocida como norepinefrina, es un neurotransmisor clave en la respuesta al estrés, el estado de ánimo y la presión arterial, pero también actúa como hormona.

Noradrenalina: qué es, funciones, síntomas y tratamiento cuando está alta o baja
¿Qué es la Noradrenalina y para qué sirve?
Funciones principales de la noradrenalina en el cuerpo humano
La noradrenalina tiene diversas funciones importantes en el cuerpo humano.
Como hormona
- Es liberada por las glándulas suprarrenales (médula suprarrenal) directamente al torrente sanguíneo.
- Actúa sobre órganos como el corazón y los vasos sanguíneos, aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Su acción hormonal es más sistémica.
Como neurotransmisor
- Actúa en el sistema nervioso central y periférico.
- Se libera desde las neuronas (especialmente las del locus coeruleus en el cerebro).
- Interviene en funciones como el estado de alerta, la atención, el ánimo y la respuesta al estrés.
Una de sus funciones más importantes es activar el sistema nervioso simpático, lo que conduce, junto con la adrenalina, a una respuesta de «lucha o huida» en situaciones estresantes o peligrosas.
La respuesta del cuerpo al estrés es liberar noradrenalina en el torrente sanguíneo y en el cerebro en momentos de peligro o de necesidad de acción rápida. Esto provoca cambios fisiológicos como el aumento de la frecuencia cardíaca, la dilatación de las vías respiratorias y la contracción de los vasos sanguíneos en algunas áreas del cuerpo.
Esto indica que la noradrenalina está involucrada en la regulación de muchas funciones corporales, incluyendo la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración, la digestión y el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.
La noradrenalina actúa en el cerebro como neurotransmisor, ayudando a regular el estado de ánimo, la atención y la respuesta al estrés. Además, se cree que está implicada en la respuesta emocional y en la formación de recuerdos.
Diversos estudios han demostrado que la disminución de los niveles de noradrenalina en el cerebro está asociada con la depresión.
Relación entre estrés y noradrenalina
La noradrenalina desempeña un papel importante en la respuesta del cuerpo al estrés y la ansiedad.
Los estudios han demostrado que los niveles elevados de noradrenalina en el cerebro están asociados con la ansiedad, el trastorno de pánico y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los síntomas de estos trastornos pueden ser reducidos mediante el uso de medicamentos que bloquean los efectos de la noradrenalina, como los betabloqueantes.

En personas con trastornos de ansiedad, se cree que los niveles de noradrenalina pueden estar elevados incluso en ausencia de un estresor agudo. Además, algunos medicamentos utilizados para tratar la ansiedad, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y noradrenalina, actúan aumentando los niveles de noradrenalina en el cerebro.
Así, podemos decir que los niveles elevados de noradrenalina pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de la ansiedad, así como de otros trastornos relacionados con el estrés. Por lo tanto, la regulación de los niveles de noradrenalina en el cuerpo puede ser un objetivo importante en el tratamiento de estos trastornos.
Noradrenalina alta o baja: cuáles son los niveles correctos
Los niveles normales de noradrenalina en el cuerpo pueden variar según la edad, el sexo y la salud general de la persona. En general, los niveles normales de noradrenalina en sangre suelen estar en el rango de 100-450 pg/ml en adultos.
Es importante tener en cuenta que los niveles de noradrenalina pueden variar significativamente según la situación o el estrés, y también pueden ser afectados por factores como la ingesta de alimentos y la actividad física.
Si los niveles de noradrenalina son demasiado altos o bajos, pueden producirse una variedad de síntomas y efectos secundarios. Por lo tanto, es importante consultar a un médico si se sospecha que los niveles de noradrenalina pueden estar desequilibrados.
Síntomas de la noradrenalina baja
La noradrenalina es una sustancia esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo, y cuando sus niveles son muy bajos, puede provocar efectos secundarios no deseados. Los síntomas de niveles bajos de noradrenalina en el cuerpo pueden variar de una persona a otra y pueden depender de la causa subyacente del desequilibrio.
Los siguientes síntomas pueden indicar niveles bajos de noradrenalina:
- Fatiga y debilidad
- Depresión o tristeza
- Falta de concentración o dificultad para pensar con claridad
- Pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras
- Dificultad para dormir o insomnio
- Hipotensión arterial (presión arterial baja)
- Disminución del apetito
- Problemas gastrointestinales: La noradrenalina está involucrada en la contracción muscular, y cuando sus niveles son bajos, puede provocar problemas gastrointestinales como estreñimiento, diarrea e indigestión.
- Pérdida de peso involuntaria
- Dolor de cabeza
- Sensación de mareo o vértigo
- Piel pálida o fría
- Falta de energía y motivación.
Estos síntomas pueden ser el resultado de una afección subyacente, como un trastorno endocrino o una enfermedad crónica, o pueden ser causados por el uso de ciertos medicamentos.
Síntomas de la noradrenalina alta
Estos son algunos síntomas que pueden indicar niveles elevados de noradrenalina:
- Ansiedad y nerviosismo
- Palpitaciones cardíacas rápidas (taquicardia)
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Dificultad para dormir o insomnio
- Sudoración excesiva
- Temblores o sacudidas
- Dolor de cabeza
- Mareos o vértigo
- Náuseas y vómitos
- Cambios en el apetito o la digestión
- Cambios en el estado de ánimo, incluyendo irritabilidad o agitación.
Estos síntomas pueden indicar una respuesta normal del cuerpo al estrés o pueden ser el resultado de una afección subyacente, como un trastorno de ansiedad que produce demasiada noradrenalina.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante consultar a un médico para determinar la causa y recibir tratamiento si es necesario. Un médico puede realizar pruebas de sangre u otros análisis para evaluar los niveles de noradrenalina y determinar la mejor forma de tratar el problema.
Psicología para regular la noradrenalina
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¿Qué hacer si tienes la noradrenalina baja?
Aquí se describen algunas recomendaciones para subir los niveles de noradrenalina.
- Cambios en el estilo de vida
Ejercicio físico: El ejercicio puede ayudar a aumentar los niveles de noradrenalina en el cuerpo. La actividad física vigorosa, como correr o levantar pesas, puede ser particularmente efectiva. - Alimentación y suplementos
Alimentación: La dieta puede tener un impacto significativo en los niveles de noradrenalina en el cuerpo. Se recomienda una dieta equilibrada y variada, que incluya alimentos ricos en aminoácidos como la tirosina y el triptófano, que son precursores de la noradrenalina. - Tratamientos psicológicos o farmacológicos
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Medicamentos: En algunos casos, los medicamentos pueden ser necesarios para aumentar los niveles de noradrenalina. Los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores de la recaptación de noradrenalina pueden aumentar los niveles de noradrenalina en el cerebro.
¿Qué hacer si la noradrenalina está alta?
Si los niveles de noradrenalina son demasiado altos, es importante tomar medidas para reducirlos y abordar la causa subyacente del problema. Aquí se describen algunos consejos para reducir los niveles de noradrenalina:
- Evitar el estrés: El estrés es una de las principales causas de niveles elevados de noradrenalina. Es importante identificar y abordar los factores estresantes en la vida y encontrar formas de reducir el estrés.
- Ejercicio físico: El ejercicio puede ayudar a reducir los niveles de noradrenalina en el cuerpo. La actividad física moderada, como caminar o nadar, puede ser especialmente útil.
- Relajación: La meditación, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir los niveles de noradrenalina en el cuerpo.
- Medicamentos: En algunos casos, los medicamentos pueden ser necesarios para reducir los niveles de noradrenalina. Los betabloqueantes pueden ayudar a reducir los niveles de noradrenalina en el cuerpo.
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Tratamiento psicológico para regular la noradrenalina
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de terapia que se enfoca en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos que pueden estar contribuyendo a la ansiedad y al estrés, lo que a su vez puede estar elevando los niveles de noradrenalina en el cuerpo. El psicólogo puede trabajar con el paciente para identificar y cambiar estos patrones de pensamiento y comportamiento.
Un psicólogo especialista puede enseñar técnicas de relajación y mindfulness para reducir el estrés y la ansiedad. El entrenamiento puede ayudar al paciente estar en el momento presente y a controlar sus pensamientos y emociones.
En nuestro centro contamos con un equipo de psicólogos, médicos y psiquiatras que trabajan de forma coordinada para ofrecerte un tratamiento completo y personalizado.
Si sospechas que puedes tener un desequilibrio en los niveles de noradrenalina o simplemente no te sientes bien a nivel emocional, no tienes por qué afrontarlo solo.
Te ayudamos a comprender lo que te está pasando y a encontrar la mejor forma de recuperar tu bienestar.
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Cómo controlar la ansiedad antes de los exámenes
Ansiedad antes de los exámenes
Las semanas previas a los exámenes pueden ser uno de los momentos más estresantes del año para los estudiantes universitarios. Un estudiante sabe que no aprobar puede implicar un cambio importante de sus planes para el futuro y abandonar los estudios puede ser una decisión decisiva en su vida.
Pero, aunque tenga los deberes hechos y haya estado estudiando durante semanas, el día del examen es, para muchos estudiantes, un momento en el que la ansiedad antes de los exámenes puede jugar una mala pasada.
El miedo anticipatorio a no saber responder, a quedarse en blanco, a sentirse nervioso o incluso bloquearse al contestar a las preguntas es algo común.
Pero a la ansiedad no hay que tenerle miedo. En primer lugar, la ansiedad es una respuesta de activación fisiológica que ayuda a mejorar el rendimiento intelectual durante un examen. En esos casos se puede transformar en una aliada que mejore el rendimiento.
¿Por qué sentimos ansiedad antes de los exámenes?
La ansiedad es una respuesta normal del cuerpo ante una situación de desafío.
Ante una situación difícil o ante la resolución de un problema, el cerebro activa la rama simpática del sistema nervioso autónomo y una de sus funciones es incrementar el nivel de activación cerebral lo que ayuda a estar más alerta y rendir mejor durante el examen.
Pero la ansiedad tiene que ser adaptativa, es decir, tener la intensidad justa que nos permita desempeñar un mejor rendimiento y no más. De lo contrario, esta activación fisiológica nos puede provocarnos malestar o incluso un bloqueo.
Si la ansiedad se vuelve excesiva o “no adaptativa”, nos puede provocar síntomas como dolor de cabeza, dolor o «mariposas» en el estómago, dificultad para dormir, problemas de concentración, sensación de bloqueo mental o pensamientos negativos.
Si alguno de estos síntomas te suena familiar, es bastante probable que tengas demasiada ansiedad ante los exámenes y es posible que los síntomas no te dejen rendir como te gustaría.
Durante las semanas previas a los exámenes es importante tener una buena concentración, confianza en uno mismo, suficiente descanso y pensamientos positivos. Pero no todos tenemos la capacidad de tener la ansiedad bajo control, por eso, en este artículo hemos propuesto algunos consejos que pueden ayudar a mantener los nervios controlados ya que gestionar la ansiedad ayuda a mejorar el rendimiento durante el examen.

¿Qué estudiantes son más vulnerables a la ansiedad antes de los exámenes?
Algunas personas tienen más tendencia a sufrir ansiedad en época de exámenes. Por ejemplo:
- Estudiantes con rasgos obsesivos: Pueden tener pensamientos como “no he estudiado lo suficiente” o “debo sacar una nota perfecta”. Tienden a preocuparse mucho por las cosas y suelen tener más dificultad para controlar dudas y la inseguridad ante los exámenes. Suelen ser más exigentes y pueden tener sensación de culpa por si no han estudiado lo suficiente o por si no hacen un examen perfecto.
- Personas con baja autoestima o perfeccionismo: El miedo al fracaso puede paralizarlos.
- Estudiantes con dificultades en la organización del tiempo: Postergar tareas, no priorizar bien o planificar poco genera sensación de agobio. Eso provoca una discrepancia entre lo que tienen que hacer y los plazos para hacerlo. La consecuencia de esto es que se aplaza lo que se debe hacer y sabotean, inconscientemente, su propio plan de estudios.
- Personas con TDAH: Pueden tener más dificultad para mantener la concentración o seguir un plan de estudios.
Sin duda la parte consciente del estudiante tiene toda la intención de realizar la tarea y le importa hacerlo bien, pero los días antes de los exámenes, se dan cuenta de que no se han organizado bien, con lo que les falta tiempo para prepararse adecuadamente, lo que les genera ansiedad o angustia.
Las personas que tienen problemas de organización de tiempo pueden tener algunos rasgos de personalidad concretos como:
- Falta de autodisciplina y motivación (no cumplir con lo que se han propuesto para este día)
- Falta de organización general.
- Perfeccionismo (aunque no siempre sea así) y miedo al fracaso.
- Problemas de autoestima.
- Sentirse saturado o sensación de agobio por falta de capacidad de establecer prioridades y por eso tener una acumulación de trabajo que puede producir ansiedad.
- Tendencia al catastrofismo como forma de generar autocompasión.
- Necesidad de sentirse querido y recompensado por haber realizado la tarea.
- Impulsividad.
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¿Qué puedo hacer para no perder la concentración antes de un examen?
Aquí te compartimos estrategias prácticas para mejorar el rendimiento y reducir la ansiedad:
- Control de los pensamientos: Es importante saber detectar si tienes errores de pensamiento que impiden rendir correctamente. ¿Sueles pensar cosas como “voy a suspender”, “no soy capaz” o “no me gusta la asignatura”?
Esos pensamientos erróneos no nos ayudan y además no son la realidad. Es preciso corregirlos por medio de réplicas racionales, como
«He estudiado lo suficiente y sabré responder a las preguntas»
«Al final, si estudias, apruebas», etc. - Una pausa para respirar y conectar con el presente
La respiración controlada es clave para conseguir un estado de relajación. Respirar adecuadamente ayuda a relajarnos y concentrarnos. Es importante respirar siempre profundamente con el abdomen de forma fluida y despacio.
Tómate 3 minutos, pon los pies firmes en el suelo y cierra los ojos. Hay que concentrarse en la respiración, y respirar lentamente y, poco a poco, tomar consciencia de todo el cuerpo. Después de unos 3 minutos puedes abrir los ojos y procurar mantener la atención en el momento presente. Esto reduce el estrés y mejora la concentración. - Las técnicas de relajación pueden ayudar a controlar el estrés y los síntomas que produce la ansiedad en la mente y el cuerpo. La relajación progresiva consiste en tensar y relajar paulatinamente diversos grupos de músculos. Poco a poco tomarás mayor conciencia y control sobre la capacidad de relajación muscular.
En la práctica los métodos de relajación muscular se han aplicado con éxito para tratar problemas como la tensión muscular, la ansiedad, el insomnio, la fatiga, etc. y nos pueden ayudar a la hora de presentarse a un examen, devolviendo al organismo su estado natural de equilibrio, normalizando procesos fisiológicos, mentales y emocionales. - Haz pausas activas
No todo es estudiar. Sal para caminar, haz deporte, toma un café o escucha música. Tienes que ser consciente de que es un momento de relajación, disfrútalo. Estos pequeños descansos ayudan a oxigenar la mente y recargar energía. Combina este hábito con buena alimentación. - La importancia de una planificación realista.
Evita dejar todo para el último momento. Organiza tu tiempo con equilibrio entre estudio, descanso y ocio. Un buen horario es clave para reducir la ansiedad. - Habla con otros estudiantes
Compartir tus dudas y emociones con compañeros puede aliviar la presión. Y sí, reír también es una gran medicina contra el estrés.
¿La meditación o el mindfulness sirven para controlar la ansiedad antes de los exámenes?
Sí. La meditación es una técnica conocida que incrementa la capacidad de controlar los pensamientos que acuden a la mente. La práctica de la meditación desarrolla la facultad de observar los pensamientos sin alteración y se aprende a cortar el flujo de pensamientos no deseados.
La técnica de mindfulness, o consciencia plena, es muy eficaz para aprender a concentrarse en el momento presente. Puede ayudarte a mantener la concentración durante el examen, a controlar el estrés y no perder el enfoque cuando es necesario.
Incluso una técnica sencilla como el “bodyscan” al acostarte puede mejorar el sueño antes del examen. Asegúrate de dormir lo suficiente y acuéstate a una hora normal. Si tienes problemas para dormir la noche antes de los exámenes, puedes realizar un bodyscan que ayuda a relajarnos.
Ejemplo de ejercicio de bodyscan:
Recuéstate, cierra los ojos y dirige tu atención lentamente a cada parte del cuerpo, comenzando por los dedos del pie izquierdo continúa con el pie izquierdo, la parte inferior de la pierna izquierda y desde allí recorres las distantes partes del cuerpo para terminar en la cabeza. Este tipo de práctica ayuda a relajarse y conciliar el sueño. Es una práctica del mindfulness y también del yoga. Con un poco de suerte te duermes antes de llegar al final del ejercicio. Y dormir bien es fundamental para la salud psicológica y el rendimiento intelectual.
¿Cómo controlar la ansiedad antes los exámenes?
Aquí van algunas recomendaciones para controlar el estrés antes del examen:
- Ten todo listo. Prepara lo que necesites la noche antes del examen: ropa, agua, material necesario, acceso al examen si es online…
- Evita estudiar algo nuevo: solo repasa lo que ya sabes. Puedes revisar el esquema que hiciste la noche antes de dormir.
- Duerme bien. Dúchate y usa ropa cómoda. Puedes ir andando al examen.
- Aléjate de personas muy nerviosas: su ansiedad puede contagiarte.
- Respira hondo antes de empezar: puedes cerrar los ojos un momento para tranquilizarte.
- Empieza por las preguntas fáciles: ganar confianza te ayudará a desbloquearte.
¿Qué hacer si me bloqueo durante el examen?
- Levanta la vista, respira profundamente y tómate unos segundos.
- Repasa primero todas las preguntas. ¿Qué es exactamente lo que se pregunta? ¿Cuántos puntos tiene cada pregunta?
- Cambia de pregunta si una te está costando demasiado.
- Recuerda que el bloqueo es momentáneo, y con calma puedes salir de él.
- Y si te hace falta, llévate un amuleto de la suerte, como la foto de un ser querido o un objeto con recuerdos positivos.
¿Y si me bloqueo después de un examen?
- Ya está. Ahora no puedes cambiar nada y no vale la pena repasar las preguntas del examen. Hay que enfocarse al siguiente examen.
- Toma un pequeño descanso y desconecta. Sobre todo, tienes que hacer algo activo, como ejercicios, andar, hablar con los colegas, etc.
- No te desanimes. Un examen regular no significa que todo esté completamente perdido. Puede que lo hayas hecho mucho mejor de lo que crees. Es mejor evitar los pensamientos anticipatorios.
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Te ayudamos a controlar el estrés ante exámenes
En conclusión,
Céntrate en el presente, respira, relájate y recuerda, no estás sol@, en el mismo momento hay miles de estudiantes que tienen exámenes y muchos de ellos experimentan ansiedad.
Y si sientes que la ansiedad se te va de las manos, recuerda: pedir ayuda también es una decisión inteligente. Un psicólogo o coach puede ayudarte a gestionar la ansiedad y superar los bloqueos ante los exámenes.
Si sientes que la ansiedad te supera o que no estás rindiendo como te gustaría, en nuestro centro podemos ayudarte. En el Centro Manuel Escudero, ofrecemos orientación psicológica personalizada para estudiantes que enfrentan momentos de estrés académico, bloqueo ante los exámenes o falta de motivación. No estás solo: con el apoyo adecuado, es posible recuperar la calma, mejorar tu concentración y volver a confiar en ti. Ponte en contacto con nosotros y te acompañaremos en este proceso. Puedes realizar tu consulta de forma presencial o en línea, estés donde estés.
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Somatizar
¿Qué significa somatizar?
Somatizar es el proceso por el cual una persona experimenta y manifiesta malestar emocional o psicológico a través de síntomas físicos, sin que existe una causa médica subyacente aparente.
En otras palabras, las personas que somatizan tienden a convertir sus problemas emocionales o psicológicos en dolencias o síntomas físicos.
Por ejemplo, una persona que está bajo una gran presión en el trabajo y experimenta estrés emocional, podría comenzar a experimentar dolores de cabeza frecuentes o problemas gastrointestinales, sin que haya una explicación médica clara para estos síntomas.
En estos casos, el cuerpo actúa como un reflejo del malestar emocional, manifestando a través de síntomas físicos lo que la mente no logra procesar directamente.
Es importante destacar que los síntomas físicos en el proceso de somatización no son conscientemente fingidos por la persona, es decir, imaginarios o falsos. Cuando alguien somatiza, realmente experimenta malestar físico. Son una respuesta involuntaria a las tensiones emocionales o psicológicas que enfrenta en el lugar de una enfermedad médica.
¿Qué son somatizaciones?
La somatización es un término utilizado en la psicología y la medicina para describir un proceso mediante el cual las emociones, el estrés y los conflictos psicológicos se expresan a través de síntomas físicos. Esos síntomas psicosomáticos pueden tener un impacto significativo en la salud mental y física de esa persona y limitar la capacidad para llevar una vida plena y activa.
Somatizar enfermedades: causas y síntomas
La somatización puede manifestarse en forma de una variedad de problemas de salud física, y estos síntomas y causas pueden ser muy diversos y no tienen una causa médica identificable.
Algunas formas comunes en las que la somatización puede manifestarse en problemas de salud física son dolores corporales como dolores de cabeza, musculares, abdominales, dolor en el pecho o incluso dolor en las articulaciones. Estos dolores pueden ser crónicos o recurrentes.
También los síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, flatulencia excesiva y síndrome de intestino irritable suelen ser comunes en la somatización.
Otras personas pueden experimentar síntomas somáticos como palpitaciones cardíacas, taquicardia, sensaciones de opresión en el pecho, problemas respiratorios, erupciones cutáneas, picazón, enrojecimiento de la piel y otros problemas dermatológicos.

La relación entre somatizar y la ansiedad
La somatización es un mecanismo de afrontamiento en el que el malestar emocional o psicológico se manifiesta a través de síntomas físicos. Aquí te explico cómo la ansiedad puede contribuir a la somatización.
El estrés desencadena una respuesta de ansiedad en el cuerpo, lo que provoca la activación del sistema nervioso autónomo. Esto puede llevar a cambios fisiológicos, como el aumento de la frecuencia cardíaca, la tensión muscular y la sudoración. Estos cambios físicos pueden generar síntomas somáticos si no sabemos identificar y controlar la ansiedad.
Las personas ansiosas a menudo están hipervigilantes y tienden a estar atentas a las sensaciones físicas en su cuerpo. Esto puede llevar a una mayor percepción de molestias menores o sensaciones normales como síntomas preocupantes.
Por ejemplo, una persona ansiosa podría interpretar un latido cardíaco ligeramente acelerado como un signo de un problema cardíaco, lo que puede dar lugar a más ansiedad y preocupación.
La ansiedad prolongada puede generar una sensación general de malestar o inquietud en el cuerpo y eso puede afectar negativamente al sistema inmunológico, hormonal y digestivo, lo que puede dar lugar a una serie de síntomas físicos. De esta manera, puede aumentar la susceptibilidad a infecciones, causar desequilibrios hormonales y afectar la función gastrointestinal.
Es importante destacar que la relación entre la ansiedad y la somatización es compleja y bidireccional. La ansiedad puede dar lugar a síntomas somáticos, y a su vez, los síntomas somáticos pueden aumentar la ansiedad.
Psicología para mejorar la Somatización
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Somatizar emociones: cómo las emociones se reflejan en el cuerpo
La conexión entre las emociones y los síntomas físicos es compleja y puede variar de una persona a otra.
El estrés, la ansiedad, la tristeza, el miedo o la ira pueden aumentar la tensión muscular, lo que puede dar lugar a dolores musculares, dolores de cabeza, dolor en el cuello o la espalda, y otros tipos de dolor corporal. También pueden activar el sistema cardiovascular, aumentando la frecuencia cardíaca o pueden llevar a una respiración rápida, causando la sensación de falta de aire.
Las emociones intensas también pueden aumentar la percepción del dolor, haciendo que se sienta más intenso.
Consecuencias de la somatización en la salud
La somatización y los trastornos psicosomáticos pueden tener graves consecuencias, ya que afectan tanto al bienestar físico como al emocional. Puede hacer que los síntomas físicos existentes empeoren o se vuelvan crónicos, teniendo un mayor impacto en la calidad de vida.
Las personas que somatizan a menudo buscan atención médica repetidamente para abordar sus síntomas físicos. Esto puede llevar a un uso excesivo de servicios médicos, incluidas pruebas y procedimientos (p.ej. recetar medicamentos) médicos innecesarios y costosos.
Otra consecuencia puede ser el impacto en la salud mental. La somatización está relacionada con problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y el estrés. Estos problemas pueden empeorar a medida que la persona continúa experimentando síntomas físicos inexplicables, lo que crea un círculo vicioso.
Abordaje psicológico
Un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de la salud mental y médicos puede ser la mejor estrategia para abordar la somatización de manera integral y promover la recuperación. Esto implica la identificación de las causas emocionales y psicológicas subyacentes de los síntomas físicos, así como el tratamiento de las afecciones de salud mental asociadas.
En primer lugar, es fundamental consultar a un médico para descartar cualquier causa médica subyacente de los síntomas físicos.
Si el médico general no puede encontrarte nada físico, pero no te encuentres bien, tal vez te recomiende acudir a un psiquiatra o psicólogo. Los síntomas que tienes los considera como psicosomáticos y no puede atenderte adecuadamente.
Para el abordaje psicológico de la somatización, es importante que un psicólogo clínico ayuda al paciente a comprender lo que está experimentando y a entender el proceso de somatización y cómo las emociones pueden manifestarse físicamente.
La Terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos que provocan la ansiedad y las creencias catastróficas sobre los síntomas físicos. También se centra en el desarrollo de habilidades para manejar la ansiedad y las emociones, y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables.
Consejos para identificar y controlar la somatización
La autoconciencia emocional es una habilidad que se puede desarrollar con práctica y autoreflexión. Te permite identificar las señales tempranas de estrés, ansiedad u otras emociones negativas.
Al reconocer estas señales, puedes intervenir antes de que los síntomas físicos se intensifiquen.
El psicólogo clínico puede desarrollar un plan de tratamiento que se adapte a tus necesidades individuales y guiarte en el desarrollo de la autoconciencia emocional.
Cuanto más te conozcas a ti mismo y comprendas tus emociones, mejor podrás evitar la somatización y manejar de manera efectiva tus reacciones emocionales.
Además, mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada y descanso adecuado, aprender técnicas de manejo del estrés, como la relajación, la meditación, la atención plena y el ejercicio regular, puede ser beneficioso para reducir la carga emocional y física en general.
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Psicólogo especialista en el tratamiento de somatizaciones
Si estás buscando ayuda especializada para tratar problemas de somatización, es fundamental adoptar un enfoque integral que aborde tanto los síntomas físicos como las causas emocionales subyacentes.
El abordaje de la somatización generalmente implica una colaboración entre profesionales de la salud mental y médicos. El tratamiento puede incluir terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, para abordar las causas subyacentes de la somatización, así como el manejo de los síntomas físicos.
Comienza consultando a un médico para descartar cualquier causa médica subyacente de tus síntomas físicos.
Y contacta con una clínica psicológica o terapeuta que tenga experiencia en el tratamiento de trastornos emocionales y de regulación emocional y preferiblemente especializado en tratar la somatización para abordar las causas emocionales subyacentes y desarrollar estrategias de afrontamiento.
Recuerda que el tratamiento de la somatización puede llevar tiempo y esfuerzo, pero con el apoyo adecuado y el compromiso personal, es posible controlarla y mejorar tu bienestar emocional y físico en general.
La paciencia y la perseverancia son clave en el proceso de controlar la somatización.

Autoestima en psicología
El concepto de la autoestima se puede definir como el resultado emocional que surge si aceptamos y nos gusta nuestro autoconcepto.
Contrariamente al pensamiento popular, la autoestima no surge de evaluarnos positivamente en cada situación, sino de observarnos con objetividad y sobre todo de estimar y aceptar nuestro autoconcepto.
La autoestima, no es un concepto fijo y estable, se manifiesta de forma cambiante en función de nuestra situación vital y nuestras circunstancias, y se va modificando a lo largo de nuestra vida.
De hecho, hemos comprobado en nuestra consulta, que es el único rasgo que siempre mejora al hacer un tratamiento psicológico.
Es importante tener una imagen personal realista, dado de que la consecución de nuestros objetivos, nuestro bienestar y nuestra satisfacción en la vida, dependen, en gran parte, de que la concepción que tenemos de nosotros mismos coincida con lo que somos capaces de hacer y conseguir. Esta coherencia permitirá que consigamos nuestros objetivos fácilmente y facilitará que nos sintamos bien con nosotros mismos.
La diferencia entre la autoestima y el autoconcepto
Dado que la autoestima se fundamenta en el autoconcepto, hay que entender qué es el autoconcepto.
¿Qué es el autoconcepto?
La autopercepción forma un concepto mental de quiénes somos y cómo somos. Todos tenemos una imagen mental de nosotros mismos, es decir, una percepción y una idea de cómo somos, tanto física como psicológicamente.
Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo, empezando en nuestra infancia.
Esta idea de nosotros mismos puede coincidir o no con la percepción que los demás tienen de nosotros e, incluso esta idea puede coincidir con la realidad o no.
Cuando más realista sea el autoconcepto, más adecuada será nuestra interacción con el entorno, más nos aceptaremos a nosotros mismos, mayor será nuestra capacidad de crecimiento personal y más sólida será nuestra autoestima.

La percepción que tenemos sobre nosotros mismos, nuestras capacidades, nuestras formas de sentir o pensar y como nos vemos y sentimos en nuestro entorno conforma nuestra autoimagen.
Como resumen podemos decir que:
- El autoconcepto es la imagen que tengo de mí mismo.
- La autoestima es lo que me gusta o quiero a esa imagen
- La autoestima incrementa la confianza en uno mismo, incrementa la seguridad personal, facilita las relaciones con los demás, mejora el rendimiento social, mejora la calidad de vida personal, evita patologías, mejora la expresión emocional, potencia el asertividad, etc.
- Una baja autoestima posiblemente termina en fracasos, autolimitación, frustraciones y en no alcanzar las metas deseadas.
Importancia de la autoestima
Podemos afirmar que la autoestima es la base, los cimientos de nuestra salud psicológica. Si nuestra autoestima es adecuada, podremos interactuar con el mundo de forma sana, podremos afirmarnos en cualquier situación y defender nuestros derechos sin alteración.
Con una autoestima sana seremos inmunes o poco vulnerables a los ataques emocionales del entorno y actuaremos con tranquilidad en cualquier situación, aceptándonos incondicionalmente, lo que hará que estemos satisfechos de nuestras reacciones y conductas.
Una autoestima sana previene enfermedades psicológicas como la depresión o la ansiedad. Nos permite tener una serie de conductas y actitudes que tienen efectos beneficiosos para la salud y la calidad de vida. Es también una de las bases de las relaciones humanas, y por lo tanto, afecta de forma directa a nuestra manera de actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás.
Nada en nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.
Por ejemplo, una persona con una autoestima sana:
- Está dispuesta a defender sus derechos personales incluso aunque encuentre oposición o ataques emocionales.
- Se siente lo suficientemente segura de sí misma como para modificar su opinión o su criterio, si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.
- Es capaz de obrar según su propio criterio, y sin sentirse culpable cuando a otros no estén de acuerdo con su proceder.
- No pierde el tiempo preocupándose en exceso por lo que le haya ocurrido en el pasado, ni por lo que le pueda ocurrir en el futuro. Aprende del pasado y planifica el futuro, pero vive con intensidad el presente.
- Confía en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar por fracasos y dificultades, y cuando realmente lo necesita, está dispuesta a pedir la ayuda de otros.
- Como persona, se considera y se siente igual que cualquier otra, ni inferior ni superior; simplemente, igual en dignidad. Al mismo tiempo, reconoce las diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.
- No se deja manipular, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
- Reconoce y acepta en sí misma diferentes sentimientos y emociones, tanto positivos como negativos, y está dispuesta a revelárselos a otra persona, si le parece que vale la pena y así lo desea.
- Es capaz de disfrutar con una gran variedad de actividades.
- Es sensible a los sentimientos y necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de convivencia generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho —ni lo desea— a divertirse a costa de otros.
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Baja autoestima: causas
Las personas con baja autoestima tienen una visión distorsionada de lo que son y de lo que realmente pueden hacer; al mismo tiempo, estas personas mantienen unas exigencias poco ajustadas a sus capacidades reales acerca de lo que deberían ser o lograr, dando una importancia exagerada a lo que los demás piensan de ellos.
La baja autoestima puede formarse en la niñez como resultado de:
- La ausencia de afecto y amor. Sentirse abandonado puede asociarse con la sensación de ser insignificante o incompetente.
- Haber sufrido abusos físicos, verbales, sexuales o emocionales.
- Recibir críticas excesivas o destructivas durante la infancia, lo que puede hacer que la persona pierda la confianza en sí misma.
- La falta de apoyo, estímulo o reconocimiento.
- Problemas de salud graves durante mucho tiempo.
- Experimentar más fracasos que éxitos en la niñez sin saber procesarlos y asimilarlos de manera saludable.
- La apariencia física, que puede ser un factor que influya en la autoestima.
- La influencia negativa de los padres o la familia.
- Experiencias traumáticas.
Existen dos tipos de autoestima:
1. Situacional: se muestra en situaciones concretas.
2. Caracterológico: sensaciones generales y globales.
Las causas más frecuentes de los problemas en ambos tipos de autoestima son:
- Una filosofía de vida errónea basada en juicios y exigencias.
- Reglas inflexibles o exigencias, como normas o valores rígidos y deberías que generan culpa.
- Perfeccionismo, que implica rigidez en la ejecución o cumplimiento de tareas, lo que provoca culpa e inseguridad.
- Falta de autoafirmación y autorrefuerzo.
- Vulnerabilidad a la crítica externa, lo que puede generar sentimientos de culpa.
- Una voz crítica interna constante.
Baja autoestima: síntomas
Algunos síntomas, sensaciones o errores de pensamiento en personas con baja autoestima son:
- Sentirse poco competente o incapaz de realizar ciertas tareas.
- Sobregeneralizar: He fracasado una vez, me volverá a pasar.
- Valorarse de forma negativa e irrealista.
- Sentirse sin valor alguno.
- Carecer de objetivos o fijarse metas personales inalcanzables o poco realistas.
- Sentirse poco querido.
- Tener miedo al cambio.
- Tener una visión negativa o distorsionada de su personalidad, capacidades o apariencia física.
- Pensar que los demás son mejores o hacen las cosas de manera mejor.
- Verse involucrado en relaciones destructivas.
- Sentimientos frecuentes de culpa y autoreproches.
¿Cómo desarrollar una autoestima sana?
La autoestima influye en nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Una autoestima sana nos permite vivir con mayor seguridad, tomar decisiones con más confianza y disfrutar de relaciones más equilibradas. La buena noticia es que nunca es tarde para construir una autoestima sana. Incluso si tu autoestima está muy dañada, con el apoyo de un psicólogo especialista puedes aprender a eliminar creencias erróneas que mantienen una autoestima baja y reconstruir una imagen positiva de ti mismo.
A continuación, te compartimos algunas estrategias para empezar a desarrollar una autoestima sana:
Consejos para mejorar la autoestima
- No te juzgues y acéptate.
Evita los juicios de valor y sustitúyelos por descripciones objetivas de la realidad. Cuando notes que estás siendo demasiado crítico contigo mismo, es decir, si te juzgas con adjetivos y valoraciones negativas, contrarréstalo describiendo la situación de manera neutral y aceptando tu conducta y reacciones. - Ponte como objetivo hacer las cosas en vez de exigirte hacerlas perfectas.
Algunas personas se paralizan por su afán de perfección. En lugar de bloquearte con exigencias, piensa en lo que quieres hacer y simplemente hazlo. - Céntrate en aquello en lo que tienes habilidad.
Debemos acostumbrarnos a reconocer y apreciar nuestras capacidades. Todos tenemos algo de lo que podemos sentirnos orgullosos. Es importante apreciarlo y tenerlo presente al evaluarnos a nosotros mismos. - Acepta los errores y considéralos oportunidades de aprendizaje.
Cometer errores no significa ser un fracaso. Todos fallamos en algún momento, y eso forma parte del aprendizaje. Recuerda que las habilidades de una persona están en constante desarrollo y que cada uno destaca en aspectos diferentes. Precisamente eso es lo que hace interesante a la gente. - No te compares.
Cada persona es única y tiene cualidades tanto positivas como negativas. Aunque puedas sentirte “peor” que otros en algunos aspectos, seguramente destacarás en otros. Compararse constantemente solo genera frustración y no tiene sentido. - Confía en ti mismo, en tus capacidades y en tus opiniones.
Actúa conforme a lo que piensas y sientes, sin preocuparte por la aprobación de los demás. - Acéptate.
Es fundamental aprender a aceptarnos tal como somos. Con nuestras cualidades y defectos, somos personas valiosas e importantes.
- Esfuérzate por mejorar.
Una forma efectiva de fortalecer la autoestima es trabajar en aquellos aspectos que nos gustaría cambiar. Para ello, identifica qué quieres mejorar, establece metas alcanzables y comprométete a dar los pasos necesarios para lograrlo. - Prueba cosas nuevas.
Explora nuevas actividades que te permitan descubrir y desarrollar tus habilidades. Luego, siéntete orgulloso de los avances que logres. - Identifica lo que puedes cambiar y lo que no.
Si hay algo en tu vida que no te hace feliz y puedes modificarlo, comienza a trabajar en ello. Si, en cambio, es algo que no puedes cambiar, como tu altura, aprende a aceptarlo y valorarte tal como eres. - Fíjate metas.
Define lo que deseas conseguir y diseña un plan para alcanzarlo. Sigue tu plan y registra tus avances. - Exprésate con libertad.
Valora tus opiniones e ideas y no temas expresarlas. - Haz ejercicio físico.
El ejercicio reduce el estrés, mejora la salud y contribuye a un estado de ánimo más positivo, además de ayudarte a desarrollar nuevas habilidades. - Diviértete y ríe.
Disfruta del tiempo con las personas que te importan y realiza actividades que te hagan feliz. La risa es una poderosa herramienta para mejorar el estado de ánimo y la salud emocional. Además, a la gente le agrada rodearse de personas alegres y con sentido del humor, lo que también puede ayudarte a ampliar tu círculo social.
Psicología para mejorar la Autoestima
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Terapia para la Baja Autoestima en Madrid
La autoestima es un aspecto clave de nuestra salud emocional y puede verse afectada por nuestras experiencias y circunstancias de vida. De hecho, la autoestima es uno de los primeros aspectos en mejorar cuando se realiza un tratamiento psicológico.
¿Cómo ayuda la terapia a mejorar la autoestima?
El tratamiento psicológico para la baja autoestima, basado en un enfoque cognitivo, permite:
- Reducir la autocrítica y aprender a valorar los propios logros.
- Eliminar juicios de valor y creencias limitantes que afectan la confianza en uno mismo.
- Desarrollar una actitud más realista y autoafirmativa respecto a la propia valía.
- Potenciar la autoaceptación y la independencia emocional.
Durante la terapia, analizamos los factores que han contribuido a la baja autoestima y trabajamos estrategias para fortalecerla. Esto no solo mejora la percepción de uno mismo, sino que también impacta positivamente en otras áreas de la vida, como las relaciones personales, el trabajo y la toma de decisiones.
La relación entre la autoestima y otros trastornos emocionales
Una autoestima baja no solo afecta el bienestar emocional, sino que también puede estar vinculada a otros problemas psicológicos como:
- Depresión
- Ansiedad y ataques de pánico
- Miedos y fobias
- Inseguridad en las relaciones personales
En estos casos, el tratamiento debe abordar tanto la baja autoestima como la problemática emocional asociada, permitiendo una recuperación integral.
Si sientes que tu autoestima te está limitando en tu día a día, buscar ayuda profesional es un paso clave para mejorar tu bienestar emocional. En el Centro Manuel Escudero, contamos con un equipo especializado que te acompañará en este proceso para que puedas fortalecer tu seguridad personal y alcanzar una autoestima sana y equilibrada.