La relajación completa es un estado profundo de calma en el que cuerpo y mente recuperan su equilibrio natural. No se trata solo de “descansar” o “desconectar”, sino de lograr que el sistema nervioso reduzca su nivel de activación, que los músculos se aflojen y que los pensamientos se aquieten.
Cuando una persona alcanza este estado, su ritmo cardiaco y respiración disminuyen, la presión arterial se estabiliza y la mente se vuelve más clara y tranquila. Es un proceso fisiológico y psicológico a la vez: el cuerpo se relaja y la mente responde reduciendo el estrés, la ansiedad y la tensión emocional.





